lunes, 15 de julio de 2024

El Txalaparta. El Txalaparta era una cafetería que estaba cerca del instituto y del ayuntamiento cuando yo estudiaba en el instituto hasta 1995 - 1996 d.c., era un sitio como un irlandes, mucha madera en techo, suelo, mesa y sillas, se estaba bien, tarde mucho en ir a esa cafetería, en vez de eso iba a una que estaba muy lejos y perdí tiempo, tranquilidad y posiblemente oportunidades de irme de casa porque igual me hubieran aconsejado como irme y donde pedir ayuda. En Bilbao intentaron hacerme la vida imposible, yo necesitaba el café y no sabía porqué, era porque en casa me drogaban la comida, ya lo expliqué en mis blogs hace años, está en entradas anteriores, entonces hubo gente que me ayudó a que pudiera entrar a media mañana a poder pedir un café con leche muy caliente en vaso porque solía tener frio y el café me sentaba bien. La ciudad que no tiene unas cuantas cafeterías para personas que necesitan esos cafes para acabar con esos problemas no tienen alma. En cuanto aquí, pasan cosas muy malas a gente buena, y aparte de eso esta mañana ha sido horrible, que esa gente inmigrante de África deje mi casa en paz, yo no lo puedo demostrar pero que me dejen en paz.

 

 


El Txalaparta. 



El Txalaparta era una cafetería que estaba cerca del instituto y del ayuntamiento cuando yo estudiaba en el instituto hasta 1995 - 1996 d.c., era un sitio como un irlandes, mucha madera  en techo, suelo, mesa y sillas, se estaba bien, tarde mucho en ir  a esa cafetería, en vez de eso iba a una que estaba muy lejos y perdí tiempo, tranquilidad y posiblemente oportunidades de irme de casa porque igual me hubieran aconsejado como irme y donde pedir ayuda. En Bilbao intentaron hacerme la vida imposible, yo necesitaba el café y no sabía porqué, era porque en casa me drogaban la comida, ya lo expliqué en mis blogs hace años, está en entradas anteriores, entonces hubo gente que me ayudó a que pudiera entrar a media mañana a poder pedir un café con leche muy caliente en vaso porque solía tener frio y el café me sentaba bien. La ciudad que no tiene unas cuantas cafeterías para personas que necesitan esos cafes para acabar con esos problemas no tienen alma. En cuanto aquí, pasan cosas muy malas a gente buena, y aparte de eso esta mañana ha sido horrible, que esa gente inmigrante de África deje mi casa en paz, yo no lo puedo demostrar pero que me dejen en paz.


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