Ayuso llama a vivir en Navidad con esos «valores que todos los españoles compartimos, aunque luego cada uno tenga sus ideas»
En estos momentos en que «nuestra vida en común se ha complicado mucho», la presidenta pide dar «gracias por vivir en un Estado de derecho»
Ayuso propone un «pacto por la Navidad», para «recuperar la cultura religiosa»
La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso se ha aplicado al dedillo la locución latina de «ora et labora», o el más castizo «a Dios rogando y con el mazo dando», para intercalar en su discurso navideño del año mensajes relacionados con la actualidad. Tras su visita al belén tradicional instalado en la Real Casa de Correos, la jefa del Ejecutivo autonómico ha recordado el humanismo cristiano, «que fundamenta nuestra democracia liberal», y su mandato de ser «responsables los unos de los otros y no dejar a nadie atrás»; y el papel de Occidente, «siempre al servicio de la vida, de la libertad y la dignidad humana en el mundo», basado «en la libertad y el respeto a la ley».
Dice la presidenta que «todos los madrileños y españoles de bien compartimos esos valores esenciales, aunque luego cada uno tenga sus ideas». Y por eso pide dar «nuestra mejor versión» en momentos en que «nuestra vida en común se ha complicado mucho».
Ataviada con un jersey rojo de motivos navideños, de la colección que tiene a la venta Metro de Madrid, la presidenta madrileña ha recordado las escenas más terribles de los nacimientos tradicionales: esa matanza de los inocentes dirigida por Herodes, que recuerda que «por desgracia, las guerras siguen entre nosotros, nos apagan y entristecen como hombres».
Frente al mal, «la respuesta la tenemos en el Niño Dios», que trae «un mensaje de esperanza y confianza incluso en medio de los actos más atroces». Las raíces católicas «nos recuerdan que los hombres nacemos, ante todo, libres: esa es la clave de la civilización cristiana». Libres «para hacer lo peor, pero también lo somos para hacer lo mejor».
Por eso, Díaz Ayuso ha pedido en estas navidades «seguir viviendo con nuestra mejor versión. Cuanto más odio, más amor. Cuanta más ira, respondemos con grandeza».
No vivimos, recuerda, «momentos fáciles; nuestra vida en común se ha complicado mucho». Por eso llega el momento de apoyarse en los valores «del humanismo cristiano, que fundamenta nuestra democracia liberal». Y en la «promesa de libertad que trae la cultura cristiana».
La Navidad le parece a la presidenta el momento de «dar las gracias por vivir en un Estado de derecho» en el que «tenemos la libertad de creer lo que queramos; basta ser herederos de esa cultura». Pide también no perder «la alegría, ni la confianza los unos en los otros. Eso quisieran los enemigos de todo lo que este Nacimiento y la Navidad representan».
Tras escuchar los villancicos que han cantado los niños de la Escolanía de El Escorial, la presidenta se ha trasladado junto con los niños a ver el bosque de los deseos, en el que dejó el suyo: «Que nadie se quede solo; por las personas con las que nadie cuenta empiezan muchos problemas de todo tipo». Ante la pregunta de si eso debe aplicarse también a los actos institucionales, tras la polémica por la invitación de miembros del Gobierno central, se ha limitado a afirmar: «Nadie se va a quedar solo».
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