sábado, 9 de diciembre de 2023

La mitad de Navidad, estas dos semanas, han sido " Navidad con hambre ".


Yo tenía unos 1000 euros ahorrados por consejo de la Asistencia pero me pararon la ayuda tres meses  o dos y medio y me los gasté, hace dos semanas la Asistencia me dijo que me reanudaba la ayuda y todavía no me la ha reanudado, le pregunté si habría algún problema y me dijo que no, que era inmediata y que me la activaba inmediatamente y me fuí, llevo 15 dias esperando y cada dia es peor, hace frío, con el último dinero me compré una chaqueta con forro polar en Decathlon y como aquel edredon que conté, a la chaqueta le quitaron el forro polar negro que tenía por dentro y abriga pero no tanto, la chaqueta es barata para ser de esquí, 50€ o algo menos. estoy comiendo harina con agua, aceite y le echo media pastilla de pescado concentrado, echo la harina con margarina o aceite hasta que se cocine un poco y despues echo agua con el concentrado de pescado y algo de sal y se remueve un poco y queda bastante compacta. Espero que no se me acabe el poco dinero que tengo hasta que me activen la ayuda, la mitad de las " Navidades con hambre ", quedan dos semanas, no se que le he hecho a quien pero me parece que esto es pasarse. La asistencia  dice que tengo que arreglar la casa y a mi misma,  pero sin comida se está mal, mis instalaciones no funcionan, todavía no hay luz eléctrica, el agua no es potable y eso no me lo dijeron, ademas los grifos están muy cerrados y hay que llamar a un fontanero para que los abra, el wc - aseo - bater, no funciona, ni lavadora, ni baño, ni fuerza  ni comida en la mesa de la que te levantas contento y sin frío y recoges y procuras recoger antes de que te lo tenga que decir nadie. Recordar que yo llevo 15 trabajando mucho sin parar para salir de mis problemas y estoy cansada y necesito una temporada tranquila sin preocupaciónes por mis derechos mínimos para estar bien, estoy agotada, los problemas que se me acumulan no son lógicos. Les dije a la Asistencia que me dejaran unos meses para ir recogiendo porque ademas quiero poner la casa bien, esto fué en septiembre  antes pero me pararon la ayuda y ahora es diciembre, es decir , ahora necesito mas tiempo para recoger y limpiar la casa. Alguien les dijo que es un caso de satanismo que yo misma escribí a la Rota de Madrid y que deberían dejarme hasta junio para poner la casa en condiciones. No lo entiendo, las lecciones de la vida ya las aprendí, tres años pidiendo la ayuda hasta que me la dieron y me la paran a los seis meses, me dieron dos mensualidades juntas y otra para ese mes por eso pude ahorrar 900 euros, y me han dicho que quedan tres de cobrar que son las que me tienen que dar. Los 1000 euros que tengo que ahorrar para esperar a la siguiente ayuda si me la dan, con tejado roto, sin agua potable ni calentador de agua ni lavadora, sin wc que funcione en el baño o aseo, no podré ahorrarlos bien con las tres pagas que dicen que faltan  porque lo que queda de mudanza está sin hacer pero no quiero que me llamen plebella como en la Antigua Roma, aprendí la lección, pasemos página. Para los vecinos de donde vivo, por favor no me sigais ofreciendo dinero aunque no os lo pida, la igesia es amable conmigo, a veces sufren tentaciones pero suelo cambiar de iglesia porque hay bastantes y de momento todo está bien, tengo algo de dinero, quiero ver cuanto aguanto y como en esta situación porque igual despues del 27 o el 2033 hay problemas en todas partes y me estoy entrenando y se donde está Cáritas, el comedor social y la iglesia que tengo cerca tambien ayuda con eso. La harina cocinada con margarina y luego ehas bastante agua y media o una pastilla de concentrado de pescado es agradable en invierno, y cocinada como bechamel compacta con mas harina con huevos y salchichas, pollo, etc, está bastante buena, es blando para cuidar los dientes, alimenta bastante y  es agradable para cenar, incluso para cualquier comida.

Estoy en un pueblo muy serio donde está la última Catedral muy conocida poque tiene el Santo Sudario de Jesucrista y está a distancia de 300 kilómetros antes de la de Galicia en Santiago de Compostela, el final del Camino de Santiago o Camino Jacobeo que recorre toda Europa y me compré la casa y cuando vine a vivir me dijern que yo habia venido a vivir mal y a sacrificarme por los demas, que en esta vida yo no iba a ser feliz, 
a la vez que me fuí de Gijón y vine a Oviedo descartaron a familias en los dos pueblos solo porque me cuidaban a distancia y porque me querían des que yo era niña, me he enterado este año. Esas familias ya no estan, eran gente que se querian relacionar conmigo y yo con ellas. Atiende Asturias, arregla eso, " se que sufriste abondu, que fuisiste mas noche que alba ", sin prisa pero sin pausa, se trata de ganar felicidad no de encntrar pelea y problemas, yo ya hice mi parte y sabes quien y quienes estan haciendo esto. Esta gente tiene esa mentalidad, cuando vienes como vine yo en 2014 para empezar el Camino de Santiago ves un pueblo serio con gente alegre pero si te quedas ves que no toda la gente vive bien, en la bibliteca podias leer en internet prensa nacional pero no podias compartir información en un blog o en un foro, pensé en irme pero abrieron los permisos para la comunicación, digamos que aqui cuando el rey visigodo fué depuesto por el Vaticano hace unos 1.200 años al pueblo visigodo o trataron como animales y todavía hoy se hacía lo mismo y con mi caso no quieren cambiar porque sacan mucho de mi vida, demasiado para que yo esté bien si esto sigue así. Los africanos que mataron a Isis son los mismos que vinieron a ayudar  a sus conocidos, los famiiares de ese rey,  a matar a ese rey en el 400 d.c. y en el 700 d.c. o  el 800 d.c., son esa gente difícil echar de tu vida. Yo ya no intento prbar esto porque ya lo he dejado escrito en mis blogs. 



Napoleón, Josefina y Victor Hugo





El arma secreta de Napoleón: la terrible hambruna con la que debilitó a España para invadirla

«He visto a gente acomodada disputar pedazos de caballos a los perros», contaba un soldado francés en sus memorias sobre la crisis alimentaria provocada por Napoleón en España durante su invasión, dejando en Madrid más de 25.000 muertos y escenas horribles que fueron representadas, incluso, por Goya









El año que París se comió a los animales de sus zoológicos

Durante cinco meses, los animales fueron sacrificados para alimentar a la población. Y aparecieron carnicerías de gatos, perros y ratas.

El año que París se comió a los animales de sus zoológicosVisitantes del zoo de París en 1870. Pocas jaulas quedaron con animales.
REDACCIÓN CLARÍN
16/08/2021 16:43

Corría el año 1870. Tras la derrota del emperador Napoleón III en la batalla de Sedán, en el marco de la guerra franco-prusiana (1870-1871), el canciller alemán Otto von Bismarck esperaba lograr una rápida rendición por parte de Francia.

Pero cuando la noticia de la rendición de Napoleón III llegó a París, se produjo un levantamiento popular, encabezado por el político León Gambetta, líder de la oposición republicana en la Asamblea Nacional, que proclamó la Tercera República francesa.

Una ilustración de la época que muestra a carniceros con todo tipo de animales.Una ilustración de la época que muestra a carniceros con todo tipo de animales.

Durante ese día, se estableció en París un gobierno de defensa nacional, con el general Louis Jules Trochu a la cabeza, para tratar de contrarrestar la amenaza prusiana.

Al no ver ninguna posibilidad de negociación, Bismarck ordenó a sus tropas sitiar la ciudad de París, con el fin de conseguir la rendición del nuevo gobierno. Durante cinco meses, la ciudad de la luz sufrió el aislamiento y la escasez de alimentos, y sus ciudadanos no tardaron en encontrar alternativas para paliar el hambre.

Instinto de supervivencia

No había combates que amenazaran a la población, pero París se enfrentaba a uno de los asedios más férreos de su historia. Cuando los alimentos de consumo regular (hortalizas, queso, leche) empezaron a escasear, el instinto de supervivencia llevó a los parisinos a consumir carne de caballos, burros y mulas.

La carne de caballo, hasta entonces un recurso muy barato para los estratos más pobres, se convirtió durante el asedio en un artículo de lujo.

Estimaciones de la época fijan en alrededor de 65.000 los caballos que fueron sacrificados entre septiembre de 1870 y enero de 1871. Quienes no podían permitirse carne equina empezaron a perseguir, capturar y matar perros, gatos, palomas y ratas.

El pintor Édouard Manet escribió una carta a su esposa, en noviembre de 1870, relatando la dureza de la situación: "Aconseja a mamá que empaque algo de comida enlatada para su regreso, la vida será terriblemente cara en París después del asedio. Todo está arruinado en el barrio, la fanega de patata cuesta aquí ocho francos. Ahora hay carniceros de gato, perro y rata en París. No comemos más que caballo, cuando podemos conseguirlo".

Ilustración de la época de un cocinero a punto de preparar ratas.Ilustración de la época de un cocinero a punto de preparar ratas.

Pero el funesto episodio no terminó aquí. Cuando los caballos y animales callejeros empezaron a escasear, los zoológicos de la ciudad tomaron la decisión de vender sus animales a los carniceros.

El zoo Jardines des Plantes llegó a sacrificar a su atracción turística más popular, la pareja de elefantes Castor y Pollux, que solían pasear a los visitantes del recinto montados a su grupa.

Pocos animales estuvieron a salvo de la masacre; solo se mantuvo con vida a los monos, por su parecido con los humanos, a los grandes felinos y a los hipopótamos, estos últimos por el elevado precio que les pusieron.

A la rica cabeza de burro

Los exóticos animales del zoo fueron servidos en algunos de los mejores restaurantes de París. Todavía se conservan cartas de menú de aquella época, con algunos de los platos más surrealistas jamás cocinados.

El menú de Navidad de 1870, coincidiendo con el día noventa y nueve de asedio, el exclusivo restaurante Voisin, del famoso chef Alexandre Étienne Choron, ofrecía a sus comensales los siguientes platos: cabeza de burro estofado como aperitivo, consomé de elefante, nuggets de camello frito, guiso de cangurochuletas de oso con salsa de pimienta, pierna de lobo con salsa de carne de venado, gato flanqueado por ratas o terrina de antílope con trufas.

Menú con cabeza de burro estofado como aperitivo, consomé de elefante, nuggets de camello frito, guiso de canguro.Menú con cabeza de burro estofado como aperitivo, consomé de elefante, nuggets de camello frito, guiso de canguro.

Algunos testigos relataron también sus experiencias. Es el caso, por ejemplo, del columnista inglés del Morning Post Thomas Gibson Bowles, que enviaba en globo o paloma mensajera sus crónicas sobre el asedio para sortear a las tropas prusianas. Bowles aseguró haber probado la carne de camello, antílope, perro, burro, mula y elefante, siendo esta última la menos sabrosa con diferencia, a pesar de su elevado precio.

Igualmente, el escritor y político inglés Henry Labouchère se vio sorprendido por el asedio y tuvo la oportunidad de probar la carne de uno de los famosos elefantes del zoológico Jardins des Plantes: "Ayer comí un trozo de Pollux para la cena. Pollux y su hermano Castor son dos elefantes que han sido sacrificados. Estaba duro, grueso y grasoso, y no recomiendo a familias inglesas comer elefante, pudiendo conseguir carne de res o cordero".

El fin del asedio

En la crónica The Siege of Paris by an American eye-witness (1892) el médico estadounidense Robert Lowry Sibbet relata otra sorprendente circunstancia: al parecer, la carne de rata, consumida en principio por las clases más bajas de la ciudad, disparó su precio a raíz de que se pusiera de moda entre la alta sociedad el paté de rata.

"La carne de gato y perro rondaba los veinte-cuarenta centavos la libra, mientras que una ‘rata gorda’ podía costar cincuenta", documentó Sibbet.

Menú con chuletas de oso con salsa de pimienta, pierna de lobo con salsa de carne de venado, gato flanqueado por ratas o terrina de antílope con trufas.Menú con chuletas de oso con salsa de pimienta, pierna de lobo con salsa de carne de venado, gato flanqueado por ratas o terrina de antílope con trufas.

El sitio de París terminaría a finales de enero de 1871, con la capitulación del gobierno francés. Este cedió a las exigencias prusianas de anexionar las regiones de Alsacia y Lorena, ricas en minas de carbón y hierro, al Imperio alemán, así como al pago de cinco mil millones de francos.

 La decisión del gobierno francés enfureció a su población, que se sintió humillada cuando el soberano enemigo, el rey Guillermo de Prusia, fue coronado káiser de Alemania en el palacio de Versalles. Este descontento popular generó numerosas protestas que terminarían, dos meses después, por dar lugar a las insurrecciones de la Comuna de París, en marzo de 1871.

La Vanguardia.

https://www.clarin.com/viste/ano-paris-comio-animales-zoologicos_0_SPY78H27D.html

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La gran hambruna de Ucrania, ¿genocidio de Stalin?

URSS

Entre 1,5 y 4 millones de ucranianos murieron de hambre entre 1932 y 1933; la mayoría de historiadores cree que fue un plan deliberado del dictador aunque el debate sigue abierto

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El líder soviético Iósif Stalin, fotografiado junto a unos campesinos en los años 30 

 Hulton Deutsch / Getty

Se calcula que entre los años 1932 y 1933, entre 1,5 y 4 millones de personas murieron de hambre y enfermedades derivadas en la antigua República Socialista Soviética de Ucrania. La cifra se eleva a 12 millones si se suman otras regiones de la URSS afectadas.

Como siempre en estos casos, los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a las cifras, pero no es la única controversia que existe en torno al llamado Holodomor, un trágico episodio de gran hambruna colectiva -en ucraniano significa 'matar por hambre'- que ha permanecido oculto para el gran público.

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Un chico junto al cuerpo de su padre, ejecutado por acercarse al área prohibida de una granja colectivizada de Ucrania 

 Express / Getty

La razón de esta poca difusión tiene que ver precisamente con el debate sobre los hechos históricos. Hoy en día casi nadie discute la magnitud de la tragedia ni que ésta fue el resultado de las políticas de Moscú, pero aún se duda de la intencionalidad del régimen soviético.

¿Hubo un plan deliberado de Stalin para reprimir el creciente nacionalismo ucraniano o bien el Holodomor fue la consecuencia no deseada de una mala política? ¿Debe considerarse un genocidio? Aunque no hay respuesta concluyente, la mayoría de expertos cree que sí: que el dictador georgiano quiso así dar una lección a la burguesa y rebelde Ucrania.

Debate histórico

¿Hubo un plan deliberado de Stalin para 'domesticar' a los rebeldes campesinos ucranianos o fue el resultado no deseado de una mala política de colectivización?

En todo caso, para responder a estas preguntas primero hay que acudir a los hechos y antecedentes. Ya asentado en el poder, Stalin inició a finales de 1929 una política económica que cambiaría la URSS para siempre. Fue el primero de los llamados planes quinquenales, cuyo objetivo era acelerar la industrialización del país, sobre todo a través de la industria pesada. Para ello, Moscú necesitaba centralizar todos los recursos a disposición y evitar las crisis de las cosechas padecidas los dos años anteriores, cuando el campesinado entregó al Estado mucho menos grano del previsto.

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Si bien el mundo rural alegó malas cosechas, Stalin utilizó las caídas en las entregas para declarar la guerra a los llamados kulaks, un término despectivo que designaba a los propietarios rurales. Así tendría lugar también la mayor colectivización agrícola de la historia.

En poco tiempo, el Estado expropió tierras, cosechas, ganado y maquinaria a gran escala, y centralizó todos los planes para alimentar a la creciente población de las ciudades en vías de una veloz industrialización.

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Campesinos, en la cola para registrarse en un koljós, una de las granjas colectivizadas en la URSS a principios de los años 30 (Photo by Slava Katamidze Collection/Getty Images)

 Slava Katamidze Collection / Getty

Como no podía ser de otro modo, el proceso de colectivización forzosa fue traumático. El campo de la URSS se dividió en dos tipos de explotaciones: los koljoses, granjas colectivizadas de carácter cooperativo; y los sovjoses, granjas directamente gestionadas por el Estado. Así, el Gobierno de Stalin prohibió cualquier tipo de explotación privada y forzó a todos los campesinos, ya fueran antiguos propietarios o trabajadores, a integrarse en un koljós.

Por supuesto, hubo amplios focos de resistencia, que fueron especialmente violentos en los territorios más ricos y castigados por la colectivización: el norte del Cáucaso, las extensas llanuras de Kazajstán y Ucrania. En este último caso, a eso se le sumó un creciente nacionalismo relativamente bien organizado, que tenía un amplio respaldo en el mundo rural del país, y que plantó cara a las autoridades soviéticas. La respuesta del régimen fue más represión: prisión, deportaciones a Siberia e incluso fusilamientos.

El proceso de colectivización forzosa tuvo mucha oposición en el mundo rural ucraniano, zona rica en producción y de fuerte sentimiento nacionalista

La tormenta perfecta estaba a punto de llegar. Para luchar contra la colectivización forzosa, los campesinos comenzaron a reducir las producciones o a no cumplir con las exigencias demandadas. Muchos decidieron abandonar el campo. Otros trataron de quedarse con parte de la cosecha y se produjeron numerosos robos entre campesinos.

Como consecuencia, la tensión social fue en aumento y el caos se apoderó de la región. Stalin, convencido de que todo eso era producto del boicot nacionalista, optó por militarizar los campos para imponer el orden. Las primeras muertes por falta de alimentos tuvieron lugar ese 1931.

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El cuerpo de una mujer joven, muerta a causa de la hambruna (Photo by Daily Express/Hulton Archive/Getty Images)

 Express / Getty

Además, la implementación forzosa del sistema cooperativista tampoco funcionaba: el reparto de los productos era arbitrario y la introducción de la moderna maquinaria, desconocida en el mundo tradicional, retrasó aún más la recolección. Solo faltaba que el clima no acompañase, lo que ocurrió con la sequía de 1932. Algunos historiadores cuestionan que las cosechas sufrieran disminuciones significativas, lo que contribuye a reforzar más la tesis del genocidio, pero la mayoría entiende que ambas cosas pudieron tener lugar simultáneamente.

Pero sin duda lo que aceleraría la hambruna que comenzó en la primavera de 1932, fueron decisiones políticas. El gobierno de Stalin temió una gran revuelta como la ocurrida en los primeros años de la revolución bolchevique y, lejos de calmar la situación, optó por endurecer las condiciones al campesinado ucraniano. Cerró las fronteras de la entonces república soviética y penalizó duramente el abandono de los campos. Además, aprobó en agosto la cruel Ley de las Cinco Espigas, que castigaba con dureza a los que robaran trigo -aunque fuera un puñado- de un koljós.

Cuando los alimentos empezaron a escasear, Moscú no solo no intentó paliar la situación, sino que mantuvo las duras cuotas y confiscaciones al campo ucraniano

Pese a que el hambre ya era un problema de salud pública, Moscú mantuvo las durísimas exigencias de producción y confiscación. El cereal ucraniano llenaba las despensas de países extranjeros mientras los ucranianos se morían literalmente de hambre. Y todo eso, a pesar de que las autoridades locales se negaban a aplicar estas políticas o que el mismo Partido Comunista de Ucrania pedía desesperadamente algo de aire.

Las súplicas cayeron en oídos sordos: el Ejército seguía vigilando los campos, exigiendo las cuotas establecidas y las brigadas entraban en las casas para confiscar comida a los campesinos. Incluso los víveres que llegaban desde las comunidades ucranianas exiliadas nunca llegaron a la población. Todo este cúmulo de políticas es lo que ha llevado a muchos a pensar que la extensión del hambre en Ucrania fue una política deliberada diseñada desde el Kremlin.

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Propaganda soviética contra los kulaks, los propietarios rurales, a los que el régimen culpó de la situación de escasez alimentaria en Ucrania y otras zonas 

 Heritage Images / Getty

La situación pronto se volvió dantesca. La epidemia del tifus, así como otras enfermedades, comenzó a campar a sus anchas, pero las autoridades rusas ordenaron a sus médicos que no mencionaran la situación ni se llevaran a cabo investigaciones. Se han documentado casos de infanticidio y de canibalismo, e incluso la existencia de un mercado negro de carne humana.

Los testigos de la situación describieron escenas terroríficas, con cadáveres amontonados por las calles que nadie, por falta de fuerzas, se atrevía a dar sepultura. También proliferó un sistema de corrupción generalizada, llamado Torjzina, por el que los campesinos hambrientos compraban pan y harina a cambio del oro de sus antiguas joyas.

La situación fue dantesca: el tifus campó a sus anchas, las víctimas no podían ser sepultadas y se registraron casos de canibalismo

Los esfuerzos de la URSS por ocultar la magnitud de la hambruna han dificultado enormemente que se puedan dar cifras concluyentes. Tampoco es fácil determinar cuantas muertes se pueden computar a las políticas de Stalin, y cuales deberían ser entendidas como muerte natural. En todo caso, si bien se han dado cifras que alcanzan los diez millones de víctimas, las últimas estimaciones más precisas fijan el número de muertes en una horquilla de entre 3,5 y 4 millones.

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Y no hay que olvidar las víctimas en otras regiones de la URSS: 1,5 millones de personas pudieron morir en Kazajistán y otros centenares de miles en el Cáucaso Norte y las regiones de los ríos Don y Volga. Son datos, en todo caso, escalofriantes.

La controversia en torno a este episodio sigue vigente y, como es obvio, el actual conflicto en Ucrania la ha desenterrado. La interpretación negacionista se mantiene viva en Rusia y tiene su raíz en la propia postura oficial soviética. Numerosos estudios han demostrado que la estrategia del Kremlin fue siempre la de negar la hambruna y, en todo caso, culpar a los movimientos nacionalistas ucranianos y los kulaks de la crisis. También está bien documentada la falsificación de datos estadísticos y la ocultación de imágenes.

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Homenaje a las víctimas de la gran hambruna ucraniana en el monumento instalado en Kiev

 GENYA SAVILOV / AFP

La política soviética dio sus frutos: la opinión pública internacional no conoció los hechos hasta cincuenta años más tarde y los propios ucranianos no pudieron rememorarlos abiertamente hasta la caída del bloque comunista, en la última década del siglo XX.

Hoy en día, los que no niegan la hambruna se dividen entre aquellos que avalan que fue un plan intencionado de limpieza étnica por parte de Stalin y los que más bien entienden que fue el fruto de una nefasta planificación. Estos últimos creen que, dado que también se produjeron graves hambrunas en toda la URSS, no puede interpretarse como un intento de domesticación del campesinado de Ucrania. Éste, por cierto, es el principal argumento de Moscú hoy en día.

En todo caso, existen notables indicios que avalan la tesis intencional. Para empezar, los terribles relatos de los testimonios de los hechos. “Obviamente todos sabíamos que esta hambre era artificial, porque en 1932 había una cosecha muy buena. (...) Había montones de grano que no habían sido capaz de embarcar aún. Y durante el invierno de 1932-1933, si a alguien, hambriento, trataba ir para allí y tomar un poco de grano, le pegaban un tiro”, relata María Lysenko en la web holodomorsurvivors.ca.

Los esfuerzos de la URSS para ocultar el Holodomor tuvieron éxito; hoy en día, el asunto sigue siendo polémico, especialmente tras estallar a la guerra del Dombás

Además, la historiadora estadounidense Anne Applebaum, en su reciente libro Hambruna Roja: la guerra de Stalin contra Ucrania (Debate, 2019) aporta nuevos datos de archivos soviéticos como son pruebas de que el dictador conocía la situación y, como mínimo, no hizo nada para remediarla, así como instrucciones de carácter secreto que empeoraron la hambruna.

El debate es encendido entre los académicos, pero no hay que olvidar que está muy contaminado por la política, lo que dificulta discernir la verdad histórica. Desde 2006, Ucrania considera que fue un genocidio y rinde anualmente homenaje a las víctimas. Países como Canadá, Australia, el Vaticano o Polonia, por citar algunos, apoyan esta tesis. También existe una resolución de la UE, de 2008, que “reconoce el Holodomor como un crimen atroz contra el pueblo ucraniano y contra la humanidad”.

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210424/6989396/holodomor-olvidada-gran-hambruna-ucraniana.html

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