El cardenal 'Tucho' Fernández, la cabeza detrás de la declaración vaticana que condena la teoría de género
El actual prefecto para la Doctrina de la Fe es un colaborador inmediato del Francisco desde una década antes de ser elegido Papa
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La del cardenal Víctor Manuel 'Tucho' Fernández es la mano que está detrás de la declaración 'Dignitas infinita' presentada este lunes en Vaticano y que ofrece una amplia y renovada visión sobre «el concepto de la dignidad humana en el seno de la antropología humana». Su llegada como prefecto al Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha sido clave para que el documento, que se estaba elaborado desde hace cinco años, se haya convertido en un compendio del magisterio del Papa Francisco.
Si nos atenemos a la descripción que el propio documento plantea en su presentación, el texto se estaría elaborando desde marzo de 2019 cuando la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe consideró necesario actualizar, «con los últimos desarrollos en el ámbito académico y sus compresiones ambivalentes en el contexto actual», la importancia de la dignidad humana para la Iglesia. Sin embargo, el primer borrador no resultó satisfactorio y fue desechado. Dos años después, la sección doctrinal de la Congregación elaboró otro borrador «ex novo», que la sesión plenaria acortó y simplificó más tarde.
Tras nuevas correcciones este segundo borrador fue aprobado para ser publicado en mayo de 2023, pero cuando el Papa Francisco anunció, el 1 de julio, que 'Tucho' Fernández se haría cargo del Dicasterio desde ese septiembre, el cardenal Luis Ladaria prefirió guardar el texto en un cajón en espera de que la decisión final del nuevo responsable. Así, cuando en noviembre de ese año, el, ya creado, cardenal Fernández acudió con el texto al Papa, este le encomendó la tarea de incorporar «las graves violaciones de la dignidad humana que se producen actualmente en nuestro tiempo», a la luz de su última encíclica, 'Fratelli tutti'.
En una reunión de dos cabe siempre la duda de quién fue promotor o receptor, pero lo cierto es que 'Tucho' Fernández, del que se sabe que ha sido autor principal de varios textos papales (como 'Amoris laetitia' o 'Evangelii gaudium', en la que incluso citaba alguno de sus libros) conoce a la perfección 'Fratelli tutti'. Después de su publicación en 2020 dio varias charlas y conferencias después sobre su contenido y la sitúa como uno de los documentos más importantes de este pontificado.
Así, lo que hace cinco años se perfilaba como un texto de actualización del magisterio se ha convertido, en apenas cinco meses (desde que en noviembre 'Tucho' Fenandez presentará el borrador al Papa) en un prontuario sobre las cuestiones más recurrentes en los discursos, ideas y documentos de Francisco. No en vano, en las citas, de un total de 117, más de la mitad, 61, corresponden a textos del actual Pontífice, frente a las 9 de Juan Pablo II, las 6 de Benedicto XVI y las 3 de Pablo VI. Y entre los documentos más citados, la encíclica 'Fratelli tutti' tanto que el cardenal Fernández ha confesado en la rueda de prensa que la idea inicial era llamarlo «más allá de toda circunstancia», la expresión que Francisco repite en su encíclica de 2020 y que para el prefecto de Doctrina de la Fe ejemplifica la redefinición que ha querido dar al concepto de «dignidad humana».
El antiguo Santo Oficio
Es, al fin y al cabo, la misión que parece que Francisco le tenía reservada a su teólogo de cabecera cuando lo puedo al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio, que según confesaba el propio Fernández a sus diocesanos, en la carta en la que se despedía por su marcha a Roma, «era el terror de muchos, porque se dedicaba a denunciar errores, a perseguir a los herejes, a controlar todo, llegando incluso a torturar y matar». Por contra, también añadía que el encargo que le hacía el Papa estaba muy lejos y consistía en promover «el pensamiento cristiano, la profundización de las verdades de la fe, el estudio de los grandes temas en diálogo con el mundo y con las ciencias».
Así, 'Tucho' Fernández, parecía soslayar desde un primer momento la función principal del dicasterio -promover y tutelar «la integridad de la doctrina católica sobre la fe y la moral, sobre la base del depósito de la fe» según la última reforma de la curia promovida por el propio Francisco- para centrarse en un planteamiento más de creación del magisterio, del que han salido sus respuestas a las 'dubbia' de los cardenales, las preguntas de obispos, la polémica declaración 'Fiducia supplicans', en la que inaugura un nuevo concepto de bendición no litúrgica o ahora, con 'Dignitas infinita', con la que amplía el elenco de las violaciones a la dignidad humana.
Así , se ha despojado de esa forma de la función conjunta de policía y juez de la doctrina que tuvieron que ejercer sus antecesores, para centrarse en una tarea más teológica. Si cuando fue elegido Papa, el cardenal Ratzinger pasaba -para su alivio- de 'sheriff' a alcalde, ahora 'Tucho' ha olvidado la tarea policial y parece que se siente cómodo en su función de maestro en el Vaticano.
Defensa del Papa Francisco
Aunque, a juzgar por su intervención este lunes en la presentación del documento , todavía tiene que explicarse más y mejor. Como le preguntó uno de los periodistas, la mayor parte del tiempo la dedicó a justificar su actuación con 'Fiducia supplicans', a la par que reivindicaba la figura de Francisco ante las críticas intraeclesiales. «Ahora parece que el Papa Francisco no pueda decir nada nuevo, como si el magisterio estuviera cerrado con los Papas precedentes», comentó.
Y incluso ha ejemplificado, con la cuestión de la esclavitud, como un Papa podía contradecir a otro apenas 80 años después. Mientras Nicolás V, en 1452, autorizaba al rey portugués a capturar como esclavos a «sarracenos y paganos», en 1537, Pablo III excomulgaba a quienes defendían la esclavitud. Un ejemplo que muestra «cómo la comprensión de la verdad por parte de la Iglesia sí evoluciona y que no crece siempre en la misma dirección homogénea con documentos precedentes», ha explicado Fernández, quien no ha concretado si la analogía se debe aplicar al actual pontificado y, de ser así, con predecesores y en qué cuestiones les habría rectificado.
La relación con Jorge Mario Bergoglio es antigua y se consolida en la V Conferencia de Obispos Latinoamericanos que se realizó en 2007 en Aparecida, Brasil, donde Víctor Manuel 'Tucho' Fernández participó como perito y ya colaboró con el entonces cardenal en la elaboración del documento final del encuentro, puesto que el arzobispo de Buenos Aires había sido elegido presidente de la comisión redactora.
En medio de lobos
El propio cardenal Fernández recordaba este lunes esa relación, al poner, como ejemplo de esa idea de dignidad, un episodio de su vida. «Fue una fase de mi vida, cuando estaba en Buenos Aires y me parecía que todo estaba en contra de mi, como si estuviera en medio de los lobos», ha contado Fernández. «En estas ocasiones estamos tentados de culparnos a uno mismo, de castigarse, de desaparecer del mundo -ha añadido-. Pero uno de esos días, Bergoglio me dijo: «No, Tucho, levanta la cabeza y no dejes que te quiten la dignidad, porque tu dignidad no te la pueden quitar». Estas palabras me han golpeado siempre», ha explicado.
En primer momento, Fernández no ha ubicado en el tiempo aquel episodio, pero a preguntas de una periodista, ha reconocido que se trataba del momento en el Vaticano bloqueó su nombramiento al frente de la Universidad Católica de Argentina (UCA). En 2009, el cardenal Bergoglio le había reclamado como rector para la UCA, pero no pudo prestar su juramento hasta dos años después, ya que hasta Buenos Aires no llegaba la preceptiva confirmación de la Congregación para la Educación Católica. El motivo eran las dudas sobre sus posiciones doctrinales en relación a la homosexualidad que habían llegado hasta la Congregación para la Doctrina de la Fe, que entonces presidía el cardenal Ratzinger. Ahora, Fernandez, ocupa su mismo despacho.
De esta forma, no es de extrañar que las miradas vaticanas se centren en 'Tucho' desde mucho antes de que fuera, de nuevo, reclamado por Bergoglio, ahora como Papa, para ponerle al frente de Doctrina de la Fe. Su casi inmediata creación como cardenal, añadió más leña a la hoguera de las vanidades, que tuvo su flama más potente cuando, tras la polémica por la autorización de las bendiciones de parejas homosexuales, se filtró un libro que había escrito en su juventud de alto contenido sexual en el que ahondaba en la presencia de «Dios en el orgasmo de la pareja» como un anticipo del cielo.
Una 'vendetta' promovida desde los sectores conservadores del entorno vaticano que no consiguió acabar con su carrera. Preguntado si aquello era un signo de la división de la Iglesia, Fernández dijo que «en todo caso esa división ya existía y sólo se transparenta». No sabemos si de nuevo, Bergoglio le dijo aquello de «no, Tucho, levanta la cabeza y no dejes que te quiten la dignidad», aunque lo cierto es que sí le llevó a mantener un perfil más bajo. Redujo al máximo el ritmo frenético de entrevistas y se centró en la elaboración del documento que este lunes ha visto la luz.
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Eso sí, con la confianza de no que no sería «noticia en el futuro porque no tenemos previstos en el dicasterio temas que puedan ser muy polémicos, como los últimos», como le dijo a la periodista Cristina Cabrejas en una entrevista para EFE. «Estamos preparando un documento muy importante sobre la dignidad humana que no incluye solamente los temas sociales, sino también una fuerte crítica a cuestiones morales como el cambio de sexo, el alquiler de vientres, las ideologías de género, etc. En este sentido, las personas más preocupadas podrán descansar», añadía. Y así parece que ha sido.
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