martes, 23 de julio de 2024

Me siento amenazada, en la biblioteca pública Ramón Perez de Ayala esta tarde había adolescente o veinteañeros diciendo que yo no merecía vivir y haciéndome daño y que querian que yo muriera.Siempre hacen lo mismo, matan a una mujer o a un hombre y enseguida quieren otro. En el paseo del Parque de San Francisco, enfrente de la escandalera y de las cajas de ahorro que suben una pequeña cuesta hasta la Catedral , desde allí hasta el banco Santander en el final del Parque, por la parte de la acera, del paseo, en medio de ese paseo estaban ellos o algunos que se le parecen esperando a ver como reaccionaba yo al encontrarme una cinta de licra de viquini de mujer blanca, amarilla, verde, ... , y no se como han conseguido que me entere que ellos quierian matarme esta noche pero no lo puedo probar, otra vez he visto en julio casi en el 25 de julio, quedan 3 dias, a la Mari Haia vailando, tambien a unos vascos aqui hablando en vasco, que tienen derecho, al pelirrojo siguiéndome, ¿ cual ?, cualquiera, le ponen otros, y matan en la fiesta de Santiago Apostol patron de España, ese dia es fiesta, parece ser que alguien le ha dicho que tiene que acabar el trabajo que empezó en 2018 d.c. cuando salí corriendo de Bilbao - Vizcaya, Quiero parar un posible intento de paliza o lo que sea de los chicos del trastero que quiero pagar y no puedo, quizá mañana si tenga el número de cuenta y pueda ingresarles las cuotas que faltan y por lo visto tiene que ser antes de Santiago Apostol, cuando nació la hija del castellano sopas que dice que le mi casa y Daniel le ha dicho que es fácil matar una mujer. Quiero que esos chicos no pierdan ni el negocio ni la vida y yo no quiero perder la vida, es genocidio, cazan gente y pocos pueden ayudarte y ademas esto no se arregla asi. No quiero dar problemas a Oviedo, no es que no quieran arreglarlo, parece que no mandan en Oviedo, a Madrid le pasa lo mismo.

 


Me siento amenazada, en la biblioteca pública Ramón Perez de Ayala esta tarde había adolescente o veinteañeros diciendo que yo no merecía vivir y haciéndome daño y que querian que yo muriera.Siempre hacen lo mismo, matan a una mujer o a un hombre y enseguida quieren otro. En el paseo del Parque de San Francisco, enfrente de la escandalera y de las cajas de ahorro que suben una pequeña cuesta hasta la Catedral , desde allí hasta el banco Santander en el final del Parque, por la parte de la acera, del paseo, en medio de ese paseo estaban ellos o algunos que se le parecen esperando a ver como reaccionaba yo al encontrarme una cinta de licra de viquini de mujer blanca, amarilla, verde, ... , y no se como han conseguido que me entere que ellos quierian matarme esta noche pero no lo puedo probar, otra vez he visto en julio casi en el 25 de julio, quedan 3 dias, a la Mari Haia vailando, tambien a unos vascos aqui hablando en vasco, que tienen derecho,   al pelirrojo siguiéndome, ¿ cual ?, cualquiera, le ponen otros, y matan en la fiesta de Santiago Apostol patron de España, ese dia es fiesta, parece ser que alguien le ha dicho que tiene que acabar el trabajo que empezó en 2018 d.c. cuando salí corriendo de Bilbao - Vizcaya, 

Quiero parar un posible intento de paliza o lo que sea de los chicos del trastero que quiero pagar y no puedo, quizá mañana si tenga el número de cuenta y pueda ingresarles las cuotas que faltan y por lo visto tiene que ser antes de Santiago Apostol, cuando nació la hija del castellano sopas que dice que le mi casa y Daniel le ha dicho que es fácil matar una mujer. Quiero que esos  chicos no pierdan ni el negocio ni la vida y yo no quiero perder la vida, es genocidio, cazan gente y pocos pueden ayudarte y ademas esto no se arregla asi. No quiero dar problemas a Oviedo, no es que no quieran arreglarlo, parece que no mandan en Oviedo, a Madrid le pasa lo mismo.



Balduino IV, llamado Rey Leproso o el Santo (Jerusalén, 1161 - Jerusalén, 16 de marzo de 1185), hijo de Amalarico I de Jerusalén y de su primera mujer Inés de Courtenay, fue rey de Jerusalén desde el 15 de julio de 1174 hasta su muerte en 1185.






Casa de Boulogne (1099 a 1118)

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RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

Godofredo
(Protector del Santo Sepulcro)
c. 106022 de julio de 1099
elección
18 de julio de 1100
muerte
1

Balduino I
c. 105825 de diciembre de 1100
elección
2 de abril de 1118
muerte
1.ª Godehilda de Tosny

2.ª Arda de Armenia

3.ª Adelaida del Vasto
(anulado)
2

Casa de Rethel (1118 a 1153)

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RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

Balduino II
c. 107514 de abril de 1118
elección
21 de agosto de 1131
muerte
Morfia de MeliteneEustaquio Grenier (Regente, 1123)
Guillermo I de Bures (Regente, 1123-1124)
3

Melisenda
110521 de agosto de 1131
sucesores
1153
abdicación
(muerte: 11 de septiembre de 1161)
Fulco I4

Casa de Anjou (1153 a 1205)

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RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

Fulco
1089/109213 de noviembre de 1143
muerte
1.ª Ermengarda de Maine
2.ª Melisenda
-

Balduino III
113013 de noviembre de 1143
coronado como corregente y heredero de Melisenda 1143; reclama el poder en 1153 sucesor
10 de febrero de 1162
muerte
Teodora ComnenaMelisenda (Regente y consejera, 1154–1161)5

Amalarico I
113610 de febrero de 1162
sucesor
11 de julio de 1174
muerte
1.ª Inés de Courtenay
2.ª María Comnena
6

Balduino IV
el Leproso
116111 de julio de 1174
sucesor
16 de marzo de 1185
muerte
-Raimundo III de Trípoli (Regente, 1174–1177)
Guido de Lusignan (Regente, 1183–1184)
7

Balduino V
117720 de noviembre de 1183
junto a Balduino IV hasta 1185
agosto de 1186
muerte
-Raimundo III de Trípoli (Regente, 1185–1186)8

Sibila
c. 1160otoño de 1186
elección
25 de julio de 1190
muerte
1º Guillermo de Montferrato
2º Guido de Lusignan
9

Guido
c. 115025 de julio de 1190
(muerte: 18 de julio de 1194)
Reina Sibila de Jerusalén-
Jerusalén perdida en 1187; Sibila murió en 1190, pero Guido rechazó ceder la corona; la corona en disputa hasta 1192, desde entonces los reyes reinan sobre una estrecha franja de costa.

Isabel I
1172abril de 1192
elección
5 de abril de 1205
muerte
1º Hunfredo IV de Torón
2º Conrado de Montferrato
3º Enrique II de Champaña
4º Amalarico I de Chipre
10

Conrado I
c. 114028 de abril de 1192
muerte
1.ª desconocida
2.ª Teodora Angelina
3.ª Reina Isabel de Jerusalén
consorte de Isabel I-

Enrique I
29 de julio de 11666 de mayo de 1192
por matrimonio
10 settembre 1197
muerte
Reina Isabel de JerusalénConsorte de Isabel I-

Emerico
c. 1153junio de 1198
por matrimonio
1 de abril de 1205
muerte
1.ª Eschiva de Ibelín
2.ª Reina Isabel de Jerusalén
Consorte de Isabel I-

Casas de Aleramici y el Condado de Brienne (1205 a 1228)

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RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

María
la Marquesa
11925 de abril de 1205
sucesor
1212
muerte
Juan de BrienneJuan de Ibelín (Regente, 1205–1210)11

Juan I
circa 117014 de septiembre de 1210
por matrimonio
1212
(muerte: 27 de marzo de 1237)
1.ª Reina María de Jerusalén
2.ª Estefanía de Armenia
3.ª Berenguela de León
-

Yolanda de Jerusalén (Isabel II)
12121212
sucesor
5 de mayo de 1228
muerte
Emperedor Federico II
Juan de Brienne (Regente 1212–1225)12

Federico
26 de diciembre de 11949 de noviembre de 1225
por matrimonio
5 de mayo de 1228
(muerte: 13 de diciembre de 1250)
1.ª Constanza de Aragón
(2) Reina Yolanda de Jerusalén
3.ª Isabel de Inglaterra
-
RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

Conrado II
25 de abril de 12285 de mayo de 1228
sucesor
21 de mayo de 1254
muerte
Isabel de BavieraFederico II (Regente, 1228–1243)
Reina Alicia de Chipre (Regente, 1243–1246)
Rey Enrique I de Chipre (Regente, 1246–1253)
Reina Plaisance de Chipre (Regente, 1253–1254)
13

Conrado III
Conradino
25 de marzo de 125221 de mayo de 1254
sucesor
29 de octubre de 1268
muerte
-Reina Plaisance de Chipre (Regente, 1254–1261
Isabel de Lusignan (Regente, 1261–1264)
Hugo de Antioquía (Regente, 1264–1268 (pretendiente: Hugo de Brienne)
14

Casa de Lusignan (1268 a 1291)

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RetratoRey/ReinaNacimientoReinadoMatrimonioRegenciaN.º
InicioFin

Hugo
el Grande
123524 de septiembre de 1269
elección
24 de marzo de 1284
muerte
Isabel de Ibelín15

Juan II
125924 de marzo de 1284
sucesor
20 de mayo de 1285
muerte
-16

Enrique II
127120 de mayo de 1285
sucesor
18 de mayo de 1291
Acre tomado en 1291; final del reino. (muerte: 31 de agosto de 1324)
Constanza de Aragón17

Pretendientes al trono de Jerusalén

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Después de la pérdida del poder real en Jerusalén y la caída de Acre, el derecho al título se heredó a lo largo de los siglos. Debido o a pesar de la falta de cumplimiento de las reivindicaciones, el número de reyes titulares aumentó a cuatro: entre 1759 y 1860, los reyes de CerdeñaNápoles y España, así como los emperadores de la casa de Habsburgo-Lorena, ocuparon el título de rey de Jerusalén.

Línea chipriota

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Tras el final del reino, Enrique II de Chipre (de la casa de Lusignan) siguió usando el título de rey de Jerusalén. Tras su muerte, el título fue pretendido por sus herederos directos, los reyes de Chipre en los siglos xiv y xv, hasta la extinción por línea masculina de la dinastía, con Jacobo III de Chipre (fallecido en 1474).

A partir de esta línea deriva la de Saboya (desde Carlos I de Saboya, 1482-1490, como sobrino de la reina Carlota de Chipre), que había recibo el título a través de uno de los primos de Jacobo III, Luis de Saboya, luego al hermano de este último, Felipe II sin Tierra, duque de Saboya, ambos hijos de Ana de Lusignan. Los duques de Saboya no hicieron uso del título hasta el siglo xviii, cuando Víctor Amadeo II de Saboya fue brevemente rey de Sicilia (1713). Los duques de la casa de Saboya se convirtieron luego en príncipes del Piamontereyes de Cerdeña y luego reyes de Italia. El título lo ostenta actualmente Manuel Filiberto de Saboya.

Línea napolitana

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Los capetos de Anjou-Sicilia con Carlos I (al comprar en 1277 el derecho al trono a María de Antioquía, nieta de Isabel I de Jerusalén y Emerico de Chipre, que había reclamado el título tras la muerte de Conradino en 1268) y su hijo Carlos II de Anjou; en 1277, tras la mediación de Clemente IV, fue cedido a Carlos I, quien luego se opuso como antirrey a Hugo III de Chipre y I de Jerusalén (que usaba el título desde 1269) y pudo hacer valer esta pretensión. Los sucesores de Carlos I, los reyes de Nápoles o Sicilia de la familia Anjou, poseyeron el título hasta Juana I. Adoptó a su primo el duque Luis I de Anjou, pero otro de sus primos, Carlos III de Durazzo, se apoderó del Reino de Nápoles (que luego pasó a los reyes de Aragón, que se convirtieron en soberanos de España en 1516; por otro lado, los aragoneses descendían de los reyes de Jerusalén Federico II Hohenstaufen y Carlos II de Anjou). Como Nápoles era un feudo papal, los papas solían conceder el título real de Jerusalén junto con el de Nápoles y la historia de esta línea de pretendientes siguió unida a la del reino napolitano. Luis I de Anjou transmitió el título a sus descendientes hasta Renato I de Anjou y su sobrino Carlos V de Anjou. A partir de esto, la sucesión se disputa entre los descendientes de:

Otros pretendientes

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  • Hugo de Brienne y su línea sucesoria representan a la línea mayor de herederos al reino, aunque nunca hicieron muy presente su reivindicación tras el rechazo a Hugo por parte de la Haute Cour. Su actual sucesor es el príncipe de Ligne de la Trémoïlle.
  • Federico de MeissenLandgrave de Turingia, utilizó brevemente el título tras la muerte de Conradino de Hohenstaufen en 1268, como nieto del emperador Federico II Hohenstaufen, que se había coronado a sí mismo como rey de Jerusalén por decisión propia. Este derecho nunca fue reconocido en Outremer ni en otro lugar.

Referencias

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  1.  Guy. 2012. Enciclopedia Británica Online. Mirado el 27 de agosto de 2012, de http://www.britannica.com/EBchecked/topic/249989/Guy
  2.  Cambridge University Press, ed. (2013). A History of the Kings of Malta [Historia de los Reyes de Malta] (en inglés)Cambridge Library Collection - European History. p. 18. ISBN 9781108066228. «Refusing the title of King and the diadem which were offered him, upon the plea that he would never wear a crown of gold where his Saviour had worn a crown of thorns, he modestly contented him with the title of Defender and Advocate of the Holy Sepulchre. (Traducción: Rechazó el título de Rey y la corona que le habían ofrecido, considerando que no debía llevar una corona de oro en el lugar en que Cristo había llevado la corona de espinas, conformándose con el título de Defensor o Abogado del Santo Sepulcro).»
  3.  von Martens, Georg Friedrich; de Martens, Carl, eds. (1835). «Article de la gazette de la cour de Vienne du 9 août 1806, qui règle les armes et les titres de S.M. impériale, royale et apostolique (Journal de Francfort, 1806. nr. 229.)»Recueil des principaux traités d'alliance, de paix, de trève, de neutralité, de commerce, de limites, d'échange etc: conclus par les puissances de l'Europe tant entre elles qu'avec les puissances et Etats dans d'autres parties du monde depuis 1761 jusqu'à présent (en francés) VIII. Dieterich. p. 501.
  4.  Latorre de Silva, Matilde; Berzosa, Daniel (23 de enero de 2013). «¿Por qué Felipe VI es Rey de Jerusalén?»El Debate. Consultado el 15 de octubre de 2023.
  5.  «The Royal Arms» (en inglés). The Royal House of the Two Sicilies. Consultado el 15 de octubre de 2023.
  6.  «Stemma reale» (en italiano). Real Casa di Borbone delle Due Sicilie. Consultado el 15 de octubre de 2023.





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M.ARRIZABALAGA

A Felipe VI le une un largo hilo con el cruzado Godofredo de Bouillon, un lejano nexo que traspasa siglos, hasta el año 1099. En esa fecha el noble francés destacado en la Primera Cruzada fue elegido rey de Jerusalén, un título hoy honorífico que ...

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EL MUNDO DE HOY

La democracia coronada


La democracia coronada 

SEAN MACKAOUI

En julio de 1974, Franco fue hospitalizado y el entonces príncipe Juan Carlos asumió por primera vez la jefatura del Estado. A partir de ese momento, y sobre todo tras la muerte del dictador en noviembre del año siguiente, los ataques a la figura del joven Borbón se recrudecieron. Las críticas eran ácidas y de origen diverso. La izquierda tenía nula confianza en el reformismo de Juan Carlos, sucesor de Franco a título de Rey, y muy poca en su capacidad de superar el ocaso del régimen. Todavía desde el exilio, el comunista Carrillo lo apodó, con sorna afrancesada, Jeannot le bref. Juanito el breve. Con la implicación personal del Rey en el proceso de apertura a la democracia diseñado por Torcuato y liderado por Suárez, la actitud de la izquierda pasó del desprecio al pragmatismo colaborador. Sin embargo, desde la extrema derecha los ataques continuaron. Y se agudizaron. Títere. Tartamudo. Traidor. Las invectivas contra el Monarca por su radical desmentido del mandato continuista de Franco arreciaron hasta culminar en el 23-F. Esa noche, ante millones de espectadores, Juan Carlos logró fundir los conceptos de monarquía y democracia frente al golpismo. Y se consolidó.

Treinta y cinco años después asistimos a un proceso similar. Otro joven Rey Borbón empieza a ser percibido como la garantía de la democracia frente al golpismo. Si Juan Carlos fue blanco de la extrema derecha golpista, Felipe lo es hoy del golpismo de signo separatista. Como entonces, los nuevos reaccionarios no atacan a la persona del Rey. Poco les importan su preparación, su prudencia o sus esfuerzos por desvincularse del cuñado, de Corina y de la corrupción. Lo que atacan es el suelo democrático que lo sustenta: la voluntad soberana de los españoles, que en 1978 votaron libres e iguales su Constitución y aceptaron la monarquía parlamentaria como forma política del Estado.

Las agresiones al Rey se han convertido en una rutina en Cataluña. En el último año, decenas de ayuntamientos catalanes han declarado a Felipe VI persona non grata a instancias de ERC y la CUP. La aburguesada Sitges lo hizo incluso con el voto favorable de una coalición que incluye al PSC. Durante la Diada. En happenings callejeros. En municipios grandes y pequeños. En el embrutecido Pleno del Ayuntamiento de Barcelona. En sesiones del Parlamento. Entre consignas a favor de la libertad de los países catalanes (sic) y para acabar con el franquismo emboscado (sic) en la Constitución. Contra el código penal, las reiteradas advertencias judiciales y hasta una sentencia del Tribunal Constitucional... La foto del Rey se ha convertido en el objetivo fetiche del separatismo. La colocas boca abajo, enciendes un mechero y ya: cobertura mediática garantizada. Y, con ella, la medalla de la tribu.

Los ataques a la Corona han tensado -no roto- las relaciones entre los protagonistas del proceso secesionista. La distinción entre el nihilismo de la CUP y un separatismo susceptible de reconducción con cariño y dinero es otra fantasía madrileña. El que legitima la piromanía antisistema de los Gabriel Garganté es el nacionalismo del establishment. El de traje y corbata. El que predica e incluso se instala en el Palace. El que reclama diálogo mientras trama la insumisión. Dos ejemplos. La segunda toma de posesión de Artur Mas, el 24 de diciembre de 2012, cuando ocultó el retrato del Rey Juan Carlos bajo un telón de terciopelo funerario. Y la reciente decisión de Puigdemont de relegar el discurso navideño de Felipe VI al clandestino canal 3/24. Arzalluz ejercía de padrino viejo de «los chicos de la gasolina»; Puigdemont, de la muchachada del mechero.

El acoso del separatismo a la Corona produce el mismo efecto que el 23-F. Felipe VI emerge como un símbolo de aquello que el golpismo pretende destruir: la propia democracia. Este paralelismo se proyecta también sobre los dos últimos discursos navideños del Rey. Más sentimental, menos emocionante, más inconcreto, el discurso de este año, sin embargo, reafirma la posición de la Corona ante el desafío separatista. No es un paso al costado. Si acaso, el tono y algunas frases sugieren un nuevo pesimismo sobre la evolución de Cataluña. Como si el Rey hubiera agotado personalmente su disposición a encontrar una salida cordial a un conflicto visceralmente deseado y alentado por los secesionistas. «La vulneración de las normas que garantizan nuestra democracia y libertad sólo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad». «No son admisibles ni actitudes ni comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y que comparten todos los españoles para la organización de la vida en común». Estas frases no desprenden el entusiasmo del que anima un proyecto colectivo en construcción, sino la inquietud del que lanza una urgente advertencia democrática. Y la reacción de Forcadell Junqueras, invocando una fantasmagórica democracia desvinculada de la ley, las justifican.

Los próximos meses pondrán a prueba el papel de la Corona. La claridad del Rey será decisiva, aunque también influirán otros factores, como la actitud de los principales medios y partidos nacionales. Es notable la tendencia de la prensa a minimizar en sus editoriales lo que destaca como atropellos antidemocráticos en portada. Como fue notable el menosprecio del Gobierno a la Corona durante su etapa en funciones. En enero Rajoy filtró su enfado con el Rey por haberle designado candidato. Y en julio rozó el conflicto institucional al cuestionar que la propuesta del Rey le obligase a presentarse a la investidura. A las vacilaciones del sistema se añade el consenso en torno a la necesidad de una reforma constitucional sin horizonte ni otra justificación real que la de satisfacer al nacionalismo, y cuyo único resultado concreto puede acabar siendo la agitación del debate entre monarquía y república.

Ante esa perspectiva, cabe insistir en lo que Libres e Iguales afirmó en su acto Por el pacto español. Sí, la Constitución de 1978 contiene dos anacronismos: los derechos históricos y la monarquía. Pero uno se ha convertido en causa y síntoma de la enfermedad segregacionista, y el otro en metáfora y garante del acuerdo civil. No es casualidad que los defensores de los derechos históricos, de izquierdas y de derechas, converjan en un renovado odio a la monarquía. Son los falsos republicanos. Los que se alzan contra Felipe VI en nombre de los principios que el nacionalismo agrede de manera sistemática: la libertad del individuo frente al mito totalitario, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y la empecinada fraternidad de los españoles. Frente a los nuevos reaccionarios, la democracia coronada.

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